Caminaban
sin rumbo al son del tambor
lejos
de la ciudad.
Caminaban
ciegos cubiertos de cenizas.
Historias
futuras despiertan el olvido.
Hombres,
mujeres y niños
huérfanos
de libertades caminan
en
el éxtasis del desconsuelo, donde
los
reproches bañan su existencia
más
allá de los muros de la ciudad.
Comienza
el desvelo borrando los
turbios
abrazos de un sueño en un mar
batiente
de muerte.
Necias
figuras se desvirtúan con la brisa
despojando
las heridas que oprimen
la
rendición de unos párpados,
ya sellados.
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