al pie del ciprés
se ahogan los lamentos.
Delirios de una vida pasan
deshojando el alma.
Suspiros de dulce resonar
calman su tristeza.
Bañado por el rocío
el silencio
alimenta sus pensamientos.
Deseos encadenados
perturban la calma.
El miedo ,
reposa susurrando al oído
retorciendo
la figura de la amante.
Salvajes tormentas
de gélidas melancolías
se dibujan en sus mejillas
bajo la hermosa luz
[de la noche.
me encanto este poema muy bello
ResponderEliminarGracias Ana María... Un abrazo 🌼
EliminarGRACIAS POETA!!
ResponderEliminarDe nada!!! Gracias a ti por leerlo. Feliz noche Oswaldo.
EliminarBuen poema. Felicitaciones
ResponderEliminarMuchas gracias...Feliz domingo.
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