El
paisaje se vuelve inexistente
bajo
la mirada de los fantasmas.
Triste,
desolada,
mi
alma se calma con el susurro
de
la brisa.
El
silencio penetra por las paredes
donde
la niebla añora lo mágico
del
encuentro.
Sonidos
incesantes
se pierden .
Los
silencios agitan mi espíritu
que
ya lejana, muere cautiva
atrapada
por los recuerdos.
Mis
brazos se extienden
buscan
el infinito...
Alma herida que se aferra a la vida en ese infinito soñado e incierto. Precioso María José
ResponderEliminarMuchas gracias Esteban, muy cierto, el alma que se aferra a ese infinito soñado... La búsqueda de la felicidad... Feliz miércoles.
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ResponderEliminarPulsión de vida y de muerte jugando el juego que mejor saben, tironeándonos en el camino incierto y maravilloso que es la vida misma. Dos caras de una misma moneda que se balancean constantemente.
Pues sí dos caras de una misma moneda y una vida llena de fuertes emociones Lic.Stella, muchas gracias por entrar en el Blog...Saludos.
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