Viajan las letras revelando
ilusiones;
viajan, con la inocencia del
tiempo;
con el fulgor de la memoria
olvidada
de quienes las escribieron.
Escombros de papel se amontonan
en vidrieras,
en calles vacías de discursos .
Tal vez , el frío del invierno devoró
las palabras
o tal vez, sólo se congelaron.
Hoy resurgen los vocablos con las prisas de este siglo.
Las envidias en espacios mínimos brotan
en los
discursos de apertura.
Regresan las erratas juguetonas
en los despistes,
la palmada en la espalda, las
medias sonrisas,
el peregrinar por los salones y
los calendarios llenos
con fechas desorientadas.
Un baile de letras donde la prosa
y el verso se unen
al solo del violín.
Acaba de llegar a mis manos, un libro tuyo. Me encanta¡¡
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