de nuestros cuerpos
el pretexto hunde la realidad.
Ternuras ,
que enredan mi cabello
con el baile de tus dedos.
Caricias,
envueltas en suspiros
en las tardes de verano.
Mi memoria, ahora,
envuelta en años
se oscurece.
Vivir en la desazón
de unos días
batidos por el oleaje,
embriagarme de un tiempo
donde el mar, dejó
llorar mi corazón.
Muy bella aportación. Saludos. David
ResponderEliminarMuchas gracias David, feliz miércoles !!! Saludos.
EliminarHermoso poema teñido de delicadeza.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Gracias Joan Vivancos...Feliz noche!!!
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