tiñen mis brazos en
el desierto salvaje.
Tiempos imaginarios
caen en la memoria.
Misterioso gemido
a horas negadas
acarician mi piel.
La intensidad del tiempo
frente a tus pasos
muestran el reclamo
de lo eterno.
Duerme lejos
el lúcido fuego del instante.
Nostalgias, vestidas de colores
transforma lo exótico
del momento.
Un gran genio y originalidad en las metáforas que componen este poema. Felicito a su autora.
ResponderEliminarMuchas gracias Amílcar...Un placer tenerte por aquí... Te deseo una feliz tarde.
EliminarBello poema María José. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Irene...Feliz semana...Un abrazo.
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